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¿Maestros sufren Bullying por parte de sus alumnos? 

TOLUCA, Méx., febrero 24 (EL UNIVERSAL).- La Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem) documentó los primeros casos de una nueva modalidad de "bullying" que se registra en la zona metropolitana del Valle de México, en los cuales las víctimas no son estudiantes, sino profesores. 
Antonia Lagunas Ruiz, experta en psicología del organismo, dijo que se trata de una reciente "variación" de esta expresión de violencia escolar, en la cual las agresiones y acosos continuos se centran en los maestros frente a grupo y los victimarios son los alumnos. 
Aseguró que de los 50 casos de "bullying" que se atendieron entre 2010 y enero del presente año al menos media docena se relacionaban con este tipo de agresión en particular, en la que inusitadamente participa todo el salón de clase o su gran mayoría. 
Un diagnóstico realizado por la Codhem al atender los casos reportados por los maestros o autoridades educativas de las escuelas, permitió establecer algunos puntos de conexión, como el hecho de que los profesores-víctimas habían perdido "autoridad" frente a su grupo por distintas circunstancias. 
Sin embargo la Codhem señaló que hubo otro factor atribuible a la "mala suerte", ya que en los grupos donde los estudiantes se convirtieron en hostigadores se descubrió que el azar reunió en una misma clase a "los peores alumnos" de un mismo centro educativo. 
Los casos estudiados determinaron que los responsables tenían una personalidad altamente agresiva, contrastante con profesores tranquilos, profesionales y con poca experiencia, lo cual los convirtió en blancos vulnerables. 
Los maestros a su vez al llegar a un punto sin retorno y con alumnos totalmente fuera de control, se vieron obligados a pedir ayuda y en algunos casos fueron enviados directamente al servicio psiquiátrico, ya que algunos presentaron severos cuadros de depresión, estrés, insomnio, ansiedad, pánico e incluso accesos de terror. 
Lagunas Ruiz destacó que los agredidos no sólo estuvieron a punto de renunciar a su vocación académica, sino que también enfrentaron una "alteración generalizada de su vida personal" y tuvieron que lidiar con una profunda sensación de fracaso personal, a consecuencia del "bullyng" que sufrieron. 
Mis "inolvidables" niños Camino a la escuela, a la profesora Norma la asaltaba un súbito miedo, las manos comenzaban a sudarle, su corazón se aceleraba y en ocasiones hasta le faltaba el aire… era la emoción de ver a "sus niños". 
A las 9:10 horas, después de la formación, ahí estaba de nuevo. 

La clásica bienvenida de "Buenos días querido profesor" estallaba de pronto en un ataque de abucheos, groserías e insultos. Las amenazas de castigo, los "siéntense", "cállense" y los "te voy a llevar a la dirección", sólo provocaban más abucheos, remedos y carcajadas. 
Después vinieron las bromas pesadas, como esconderle su bolsa, tirar su lunch a la basura y ver a uno de sus niños orinando frente a todos. En ese momento supo que necesitaba ayuda. Personal del organismo se trasladó a la escuela. 
"Les pedimos a los alumnos que se comportaran como si estuviera presente el maestro y nos sorprendimos que todos comenzaron a lanzar papeles y proyectiles de todo tipo, comenzaron a gritar groserías e ignorar toda instrucción", relató la funcionaria 


Dan apoyo psicológico a víctimas de "Bullying".

Por: EL UNIVERSAL/MEXICO, D.F.
Ante el problema social de intimidación escolar o bullying, en el 2009 la Secretaría de Educación capitalina inició el programa "Por una cultura de no violencia y buen trato en la comunidad educativa", que creó la Escuela sin Violencia donde se ofrece apoyo psicológico a víctimas de abuso, capacitación a docentes y talleres para padres.
En septiembre, la escuela iniciará dos grupos terapéuticos para infantes que fueron violentados. La sesiones atiende a 25 integrantes, en un grupo se trabaja con niños de 6 a 10 años y el segundo con adolescentes de 11 a 15 años.
El programa es gratuito y sólo es necesario comunicarse a los teléfonos: 5080-5705 o 5080-5721 para solicitar el servicio y agendar una cita para evaluar la situación del menor.
En las sesiones los infantes están acompañados por sus padres, quienes también reciben un taller en el mismo horario para prevenir y saber cómo actuar en situaciones de acoso.
A partir de hoy hasta el 16 de noviembre comenzará la atención para el grupo de niños, el curso se imparte todos los martes en un horario de 17:00 a 18:30 horas.
En el caso de los adolescentes, la atención psicológica comenzará el 23 de septiembre y terminará el 9 de diciembre. Es el mismo horario, pero sus terapias son sólo los jueves.
Capacitan a docentes u orientadores
La Secretaría de Educación capitalina informa que se impartirán también talleres a los orientadores en el tema de bullying, la asesoría no tiene costo y los grupos son de un mínimo de 50 personas.
La capacitación la pueden tomar padres de familia y sus próximos curso serán en el mes de octubre y noviembre.
Para acceder a la atenciones no es necesario presentar ningún documento, sólose tiene que llamar a los teléfonos para solicitar el servicio y ser canalizados a el área correspondiente.

Experta responde 10 preguntas sobre bullying
El acoso escolar es considerado en México como un problema de salud por el estrés, ansiedad y depresión que causa entre las víctimas.


El bullying, como se llama a la agresión entre menores dentro de las escuelas y el cual se practica también a través de las redes sociales, se ha convertido en un serio problema de salud pues los niños que son victimizados presentan síntomas de ansiedad, depresión e incluso tendencia al suicidio. El grave problema es que esta violencia tiene origen en el maltrato infantil dentro del  seno familiar.

Así lo explicó a SUMEDICO la doctora María Teresa del Niño Jesús Sánchez Martínez, del Hospital Regional de Psiquiatría “Morelos”, quien respondió a 10 preguntas de interés realizadas por personas preocupadas por este fenómeno social infantil: 
 
1.- ¿Cuál es el origen del bullying? Baruch Carrera Ayala, 20 años.-
R: El bullying, pese a ser una palabra anglosajona, no procede de bull que significa toro, sino del vocablo irlandés boel el que se utiliza para referirse de manera despectiva a las personas que obtienen ganancias a través de las personas que se comercializan sexualmente. Actualmente bullying se utiliza para referirse a esta agresión entre niños, el cual parte del traslado del maltrato de que es objeto el niño en su casa, el cual puede ser por parte de sus padres, un tío, el hermano u otro familiar. Es en los primeros cinco años de vida que se forma la personalidad y si el niño percibe agresiones, se convierte en una persona antisocial y aislada.
2.- ¿Cuáles son las causas por las que se ha incrementado el bullying? Rosa María Tolsá, 50 años
R: El bullying no es una situación nueva, pero antes se le veía como algo normal, como la “ley del más fuerte” donde el más fuerte gana, y esto va de la mano con el maltrato infantil, De los años años 70 a la fecha se ha incrementado y las personas se han dado cuenta por el aumento de suicidios entre la población infantil.
3.- ¿Cuáles son los efectos y cuánto será el daño de la víctima en su etapa adulta? Teresa Valencia, 40 años.- 
R: Las consecuencias son graves, los niños acosados viven constantemente con ansiedad y miedo, tienen una baja autoestima, esto los puede llevar al fracaso escolar. Los cuadros de ansiedad se presentan en especial antes de ir a la escuela porque saben lo que van a enfrentar y esto les da miedo, les provoca la sensación de indefensión. Estos sentimientos los traslada a la etapa adulta
En la etapa adulta, los niños agresores tienen una alta probabilidad de ser proclives a robar, a formar parte de las bandas de delincuentes.
4.- ¿Son los padres quienes transmiten la violencia a los hijos y esto puede ser por herencia, por genética? Araceli Balderas, 35 años
R: Por genética no es, la agresividad en los niños se da a partir del desarrollo de la personalidad y esto se registra en los primeros cinco años de vida y puede darse a partir de la agresión al menor o cuando se le permite todo y se les deja hacer lo que quiera. Esto es diferente al carácter, que si se puede dar por genética, si se habla de una persona con carácter fuerte no es necesariamente sea violenta, sino porque toma decisiones. 
5.-  ¿Qué los niños sean violentos tiene qué ver la educación en la casa? Virginia Mancera Quevedo, 43 años
R: Claro que sí, los papás deben de ser los primeros en reconocer si su hijo ocupa un lugar de víctima o de agresor. Si no reconocen que su hijo es agresor, difícilmente se podrá corregir, lo indicado en estos casos es investigar por qué recurren a la agresión a otros, quienes son sus amistades, buscar estrategias con especialistas para que se encuentren actividades intensivas, como el deporte, para que canalicen la posible frustración o enojo  que llevan dentro. También los niños que son víctimas deben ser canalizados, orientados a actividades que elimine esa mala concepción que tienen de sí mismos.   
6.- ¿Es conveniente el cambio de escuela si mi hijo es víctima de bullying? Martín Figueroa Torres, 46 años
R: Esta alternativa no proporciona una solución al problema, porque en muchas escuelas hay niños agresores y cuando el niño lo vuelva a enfrentar no va a saber qué hacer ni cómo pedir ayuda. Lo mejor es levantarles la autoestima, aplicar estrategias que les permitan no sentirse débiles. Lo indicado es recurrir a las autoridades escolares y, si se sale de control –el problema de agresión- recurrir a organismos de derechos humanos para presentar la queja, e incluso a acudir a instituciones jurídicas.   
7.- ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo para que se proteja de los niños agresores? Miguel Angel Bravo, 33 años
R: La relación entre padres e hijos debe de ser afectiva, por lo que nunca se les debe de sugerir que se defiendan o le peguen al menor agresor, por el contrario, se les debe de guiar por la vía de la disciplina, recurriendo a los maestros o directivos de las escuelas, u otras autoridades.
8.-  ¿Cómo se podría hacer conciencia en los padres para terminar con esta violencia en las escuelas? Rocío Viloria López, 28 años
R: Es difícil trabajar con las personas adultas porque ya tienen una personalidad formada. Es en las escuelas donde se debe de hacer juntas para dar a los padres de familia cátedra sobre lo que es el bullying, identificar a los menores agresores y dar alternativas de prevención o de acción para que no se den las agresiones entre los escolares.
9.- ¿Cómo se pude emprender una red de control en las escuelas? Ana María Tavera Ayala, 31 años
R: Esto debe de partir de actividades como el legislar para que se promuevan actividades, como el ejercicio físico, que sustituyan la agresividad. También se debe de promover que exista una vigilancia estrecha, sobre todo en escuelas grandes con gran cantidad de alumnos, así se podrá determinar qué pasa.
10.- ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo, si en la escuela no dicen nada? Olga Sosa, 30 años
R: Debe darle confianza, para primero investigar bien, en detalle, qué es lo que pasa. Si el menor no dice nada y tampoco hay muestras de maltrato físico como golpes, puede existir una agresión verbal y esta se puede identificar con los signos de ansiedad y aislamiento que dé el menor. Después se debe de informar a la escuela y si no hay solución, recurrir a otras autoridades.    


El bullying no es un juego de niños




El acoso escolar va del bloqueo social, al hostigamiento verbal o físico.

Los epítetos altisonantes, el hostigamiento grupal en contra de un estudiante que llega a la violencia física y mental caracterizan al acoso escolar, también conocido como bullying, práctica cotidiana en las escuelas poblanas.
El caso de una adolescente de 13 años registrado en el Colegio Bucareli de Puebla es común en el sistema educativo. Aunque el tipo de agresiones de las que fue víctima fueron en su mayoría verbales, su madre asegura que justo esas son las que han resultado más nocivas y han afectado su conducta y forma de relacionarse de su hija.
La víctima es una joven de segundo año de secundaria. Su mirada es tímida, reservada, en ocasiones ella es cabizbaja. Su voz es suave y plana. Fue víctima de un grupo de tres compañeras por más de un año. La estudiante asegura que ocho meses después de iniciado el curso comenzó a ser hostigada, y confiesa no saber con certeza cuál fue el motivo por el cual no la aceptan y la molestan.
“Al principio sólo me aventaban papelitos en el salón, se empujaban entre ellas para que chocaran conmigo o me decían que estaba sola y sin amigos, pero después, por Facebook me escribían que nadie me quería y ya palabras más fuertes”, platica la adolescente mientras se frota las manos.
Aunque declara que en ocasiones cayó en sus juegos y también les contestó a sus groserías por medio de la red social Facebook, lo que despuntó todo el problema fue cuando otra joven se integró a dicho grupo y amenazó con golpearla.
“Desde un principio le comenté a mi mamá que unas niñas me estaban molestando, pero ella me dijo que las ignorara, así que, aunque ellas me seguían molestando yo trataba de no hacerles caso. A veces si me molestaba y también les contestaba porque ya estaba harta. Mi mamá se asustó cuando vio las amenazas de una de ellas por el Face diciéndome que me iba a partir la madre, y fue cuando decidió ir a mi escuela a aclarar todo”.
Actualmente lleva diez días sin asistir a clases, el motivo -según su madre- no fue principalmente el acoso que estaba padeciendo, sino por haber denunciado ante Televisa Puebla lo ocurrido en su colegio, lo que molestó al director de la institución, ya que la televisora puso en tela de juicio el prestigio de la escuela, así como la falta de interés por parte de sus autoridades educativas.
En entrevista, la madre revela que desde diciembre de 2010 había estado acudiendo en más de tres ocasiones a hablar, tanto con el prefecto de la secundaria, como con el tutor del grupo de la adolescente para darle solución al problema de acoso, también, varias veces solicitó platicar con el director Ernesto Antonio Aguilar Cabrera, pero bajo diferentes pretextos éste no la atendió.
Es por esto que decide recurrir a Televisa Puebla para exponer su situación y exigir a la institución sanciones para las agresoras de la joven, así el 17 de febrero la señora asiste a la escuela a recoger una carta de buena conducta y una copia de boleta de calificaciones y el director le indicó: “Le comunico que mañana su hija no va a tener acceso al instituto, hasta que vega usted a hablar conmigo”, situación que dice la indignó profundamente, primero por privar el derecho constitucional de educación a su hija; segundo, porque ella está pagando por el servicio de educación privada; y tercero, porque basándose en el reglamento escolar, la estudiante no hizo nada para que le nieguen la entrada y finalmente porque su hija está perdiendo clases, y tal vez el ciclo escolar si la situación sigue así.
Posteriormente le envió una carta a Alejandro Águila Argüelles, presidente de la Asociación Estatal de Padres de Familia, exponiéndole su caso y solicitando su ayuda; también aseguró que acudirá a la Secretaria de Educación Pública (SEP), a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), y de ser necesario escribirá una carta al gobernador Rafael Moreno Valle.
“Quiero que se haga justicia, pero la verdad ya no sé qué hacer o a dónde ir” confiesa la madre.
Actualmente la joven se encuentra asistiendo a terapia. La mamá afirma que, aunque en un principio no le dio mucha importancia, ahora se da cuenta de la gravedad de este tipo de cosas y de cuánto puede afectar a una persona: “mi hija ya salía casi del diario, con un semblante de enojo, tal vez por frustración o inconformidad”.
La adolescente se encuentra en duda para regresar a la escuela.“Sí quiero regresar para ver a mis amigos y para demostrarles a ellas que no les tengo miedo, pero también no volver, porque ya no quiero tener más problemas.”
Este es tan sólo uno de los tantos casos, por los que miles de niños y jóvenes pasan día a día.
La psicóloga María del Coral Andrade Ramos, jefa del departamento de apoyos educativos en la Universidad Popular Autónoma de Puebla (Upaep) expuso que el bullying se ve principalmente entre los 13 y 16 años, y los factores para que el acoso surja es multifactorial, están inmiscuidos situaciones familiares, sociales y de comunicación.
El bullying se da en todos los estratos sociales, porque no tiene que ver con el poder económico, sino con una deficiencia de la personalidad que origina que los jóvenes agresores sientan una gran necesidad de llamar la atención. Actualmente puede ser detectado gracias a las redes sociales como Facebook o Twitter, o en canales de Youtube.
También se da entre niños y niñas, aunque culturalmente se podría pensar que son las niñas las más vulnerables debido al machismo y a la idea de que la mujer es más fácil de someter, sin embargo, el número de niños hostigados también es muy alto.
Muchos de los victimarios se dan cuenta de que están haciendo un acto malo, pero son inconscientes en las consecuencias del bullying, al que ven como una manera de satisfacer sus carencias afectivas y de reconocimiento social.
Actualmente hay toda una clasificación de tipos de bullying: bloqueo social la famosa ley de hielo, principalmente hacia una persona o un grupo; también está el hostigamiento verbal o físico, cuando se trata de sobajar y faltar al respeto; existe la manipulación social, cuando el victimario trata de poner a los demás en contra de la víctima.
Otro es la coacción, cuando obligan a otra persona a hacer algo que no quiere, y la intimidación, donde tratan de consumir emocionalmente el equilibrio de la otra persona y llega un momento en que no se puede defender. En el caso de la estudiante del Colegio Bucareli, sufre cuatro de cinco tipos de bullying.
Para que un niño o joven salga solo de bullying es muy difícil. Los síntomas de la víctima pueden ser muy detectables y está en los padres observar estos cambios.
Los síntomas van desde tener ratos de tristeza o incluso depresión, preocupación, pueden tener alteraciones de sueño y alimentación, ya no querer participar en actos escolares o incluso optan por dejar la escuela.
No se trata sólo de un juego de niños, el bullying es un problema visible, tangible y que lastima la autoestima y seguridad de otra persona. Es muy común, pero tampoco debemos acostumbrarnos a este.
“Yo le recomendaría a todos los que están pasando por una situación así, que no se queden callados y que hablen con sus papás”, aconseja la joven de 13 años, con sus ojos cansados y tristes, pero con cierta esperanza de salir adelante.